Esa sensación parecida a la felicidad que recorre tu cuerpo centímetro a centímetro a base de cosquillitas, como sin querer avanzar. Placentera, a veces momentánea, indescriptible.
Y a veces, por un motivo que muchos no comprenden, que otros tantos no conocen, y que el aire no consigue llevarse.
Para ponerle cara y voz, es la misma sensación que produce tras horas caminando hacia ningún sitio verte rodeado de todas partes y respirar profundo. Muy, muy profundo. La sensación de estar esperando a respirar muy, muy profundo de nuevo ya la dejamos para otro capítulo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario