Lo bueno parece menos bueno, y lo malo no se puede ni mirar. Es como oír a alguien que llora sin parar. Y aunque somos egoístas, nuestra pequeña empatía nos hace querer mojar la almohada con la primera frase bonita que llega a otros oídos. Y tú la escuchas de lejos, como diciendo "qué bonito", cómo pensando "mierda de películas".
¿Pero sabéis que es lo mejor? Pasarlo por alto, salir a la calle, mojarse, y darse cuenta de que si le hemos dado vueltas a todo esto es porque estamos vivos.
Hakuna matata |
Me gusta reír de aquello que me sale mal, y llorar con una canción que quizás nadie interprete así. Y contar chorradas. Eso me priva.